El HLB es una enfermedad muy grave que afecta rápidamente a las plantaciones citricas, con pérdidas muy importantes de rendimiento y con muerte final de plantas, por lo que en nuestro país (Brasil) trabajamos en el manejo regional de la enfermedad, para disminuir sus efectos", comentó el especialista Renato Bazzanesi, consultor de Fundecitrus (Brasil), quien desgranó varios conceptos.
1) La prevención es básica para su control, por lo que todo lo que se pueda hacer para evitar que la enfermedad llegue a una región es fundamental; pero si llega, debemos prepararnos para enfrentarla.
2) La bacteria causante, candidatus liberobacter, no se elimina, pero su insecto vector, el "psilido" Diaphorina citri, sí podemos controlar y manejar. Este insecto se reproduce fácilmente, ya que su hembra ovipone de 200 a 800 huevos por postura, y entre los 12 y los 44 días, ya tenemos un adulto en condiciones de cumplir otro ciclo.
3) Este insecto busca siempre alimentarse y oviponer en brotes tiernos de las plantas; y como los brotes crecen y son permanentes, su control es complicado. Las "ninfas" del psilido son los individuos de mayor tasa de infestación del HLB, por lo que debe evitarse que tengamos una alta concentración del insecto en este estado.
4) La enfermedad es peligrosa para el futuro de la citricultura, por su alta diseminación; no hay plantas resistentes a la bacteria, porque la enfermedad no disminuye con ningún tratamiento realizado, donde los síntomas caen al aplicarse ciertos productos, pero luego reaparecen con fuerza.
5) Las plantas enfermas siempre producen menos que una sana; la caída de rendimiento por planta se midió en más de un 45% de caída.
6) Si no tenemos la enfermedad, debemos evitar que el "psilido" ingrese; pero si la enfermedad ya está debemos evitar que el insecto tome la bacteria y la disemine.
7) Es fundamendamental que las plantas enfermas con los primeros síntomas de HLB, deben ser erradicadas y quemadas. El monitoreo debe ser permanente, en zonas no enfermas, y de la bacteria y del insecto en las zonas ya infectadas.
8) En Brasil realizamos hasta cuatro monitoreos por año, en los momentos de mayor brotación y presencia del insecto (en otoño). Ya destruimos 30 millones de plantas infectadas, y lo hacemos apenas aparece el síntoma, que en el limonero es más difícil detectarlos.
10) Cuando detectamos la presencia del vector se hacen aplicaciones de insecticidas, que son en el momento de mayor presencia, entre agosto y enero. Usamos insecticidas sistémicos, vía suelo, y de contacto, vía aérea, con aplicaciones adicionales en los bordes de las quintas, ya que allí es donde se dan el mayor movimiento y concentración del insecto. Además, estamos trabajando en el control biológico con "parasitoides".
11) Todo control debe ser coordinado por región, ya que no sirve que un productor lo haga y el otro no, o que lo hagan de manera no coordinada. Todos los productores deben coordinar sus acciones con el Estado, ya que la incidencia de la enfermedad depende del manejo local y regional.